Soneto
Hoy bajo tu mirada me apabullo
y te declaro amor puro, mi hombre,
deseando olvidar hasta ese nombre
que tu voz canta cual fugaz murmullo.
Átame a este feliz y fresco embullo
pues llevaré orgullosa tu renombre,
entregando mi ser y que descombre;
de tu piel las cadenas y el orgullo.
Ven, ámame y dibuja nuestro sueño,
que tus besos adornen este mundo
mientras voy siendo tuya mi Quiteño.
Y dejarás de ser un vagabundo;
bautizándote como eterno dueño...
Sintiendo mi amor siempre tan profundo...
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