viernes, 17 de junio de 2011

Lo que quedaba...

Caí bajo,
seducida por el sentimiento
envuelta en mentiras...
Y aquí estoy, lamentando el haber creído.

¡Los príncipes son mentirosos...! Me dijeron,
entonces, empece a creer en en ti, caballero,
diciéndome que al menos, serias sincero...

La amistad iba de la mano aun con la verdad,
¡Te admiraba!
y cegada por tus letras,
quedé encerrada en tu vileza...

Mordiste la caricia que pretendí aliviara tus penas,
me entregué noche a noche a lo que hoy es mi condena,
me arrepiento y aun no sé, qué hice mal.

Las explicaciones me insultaron
y la rabia...
Esta rabia socava las entrañas,
acaban con la esperanza,
dictamina tu paso en mi alma.

¿En que momento se te perdió el corazón?

No...

¡Cuando es que olvidé usar la razón!

No pierdes una gran mujer
pero desvaloraste lo que soy,
ya que se me cayó la venda,
te dejo de regalo este intento de "poema".

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